Los efectos dependerán del tipo de planta que haya ingerido el gato. Puede haber salivación abundante, vómitos o diarreas. Los ojos estarán llorosos y con las pupilas contraídas. En los envenenamientos más graves, el gato sufrirá convulsiones, tendrá problemas para respirar e, incluso, puede llegar al colapso…
