Angora Turco: apariencia

Los rasgos más característicos del Angora Turco son su gracilidad y sus movimientos fluidos. Es un gato elegante, bien proporcionado y de belleza sobria. Tiene un tamaño mediano, con patas largas y robustas y pies pequeños y bien perfilados. Tiene una fina osamenta pero un cuerpo muy musculoso por lo que no hay que dejarse engañar por su apariencia frágil ya que es un verdadero atleta. La cabeza ideal tiene una forma triangular no muy pronunciada, la nariz es recta y sin stop mientras que las orejas, grandes y puntiagudas, se sitúan en la parte alta de la cabeza.

Los ojos, que pueden ser de color ámbar, cobre, verde, azul o dispares, son grandes, ovalados y algo oblicuos.

El extremo del mentón, suavemente redondeado, forma una línea perpendicular con la nariz. El cuello es delgado y elegante. El cuerpo, largo, esbelto y musculoso, termina en una cola ancha en la base que acaba en punta y que suele estar baja con respecto al cuerpo. Las patas traseras son algo más largas que las delanteras y las almohadillas plantares son pequeñas, con mechones entre los dedos. El manto es de longitud media y de pelo fino que tiene una apariencia brillante y sedosa con tendencia a ondularse en la parte inferior del cuerpo. Al no tener el suave y sedoso subpelo del Persa, el Angora Turco es más fácil de peinar.

Suele mudar muy rápido y abundantemente durante el verano para recuperar el pelaje con igual rapidez a la llegada del otoño.

Foto Alberto Nevado – El Mundo del Gato.

La variedad blanca es la más popular y los primeros criadores se esforzaron durante bastante tiempo para que sólo se reconociera este color. Sin embargo, a partir de 1978 se comenzó a admitir otras variedades.

El Angora Turco es un gato elegante pero atlético, de buenas proporciones
y de sobria belleza, de
tamaño entre pequeño y
mediano