Burmilla: El gato plateado

La raza que hoy nos ocupa surge del cruce del Chinchilla y el Burmés, de ahí su nombre: El Burmilla. Aunque sus comienzos no fueron fáciles, actualmente goza de una gran aceptación, ya que es un felino con suficientes valores para ello.

Aprenderemos algo más sobre él, y viajaremos a su lugar de origen, Reino Unido, sobre todo para visitar sus monumentos y castillos. Feliz recorrido.

ORIGEN DEL BURMILLA

Como ya hemos comentado, el Burmilla nace de los amores entre una gata Burmés lila, y un gato Persa Chinchilla. Este acontecimiento casual, como casi todos los amores gatunos, ocurría en el Reino Unido en 1981. Realmente, fue Miranda Bickford-Smith quien sorprendió a su madre regalándole un gato Persa Chinchilla llamado Sanquist. El resultado de estos afectos fueron unos preciosos gatitos, concretamente cuatro. Pero fueron dos hembras, Gemma y Galatea, quienes iniciaron la raza Burmilla.

Aunque tuvieron que transcurrir cinco generaciones para que la raza adquiriese la pureza actual.

La Cat Association of Britain (CA) admite la raza Burmilla en 1983, y un año más tarde nace en Inglaterra el Burmilla Cat Club. Pero todavía transcurrirán diez años hasta que la Federación Internacional Felina (FIFe) acepte seriamente a la raza Burmilla.

En Europa el Burmilla no es demasiado popular. Sin embargo, en países como Australia, Dinamarca y, por supuesto, Reino Unido, goza de una enorme popularidad. También es conocido como Burmese Silver.

REINO UNIDO

Esta región es famosa por sus castillos y monumentos, en lo que nos vamos a centrar por su enorme interés y su innegable seducción.

Trasladémonos en primer lugar al Castillo de Beaumaris, en Anglesey, una isla situada al noroeste de Gales y que enlaza con el país por dos puentes sobre el Estrecho de Menai. Anglesey ha sido siempre un lugar relacionado con los druidas que en la antigüedad poseía extensiones de arboledas sagradas que el general romano Suetonio Paulino destruyó en el año 60 d.C.

El Castillo de Beaumaris fue creado por James St. George, por orden del Rey Eduardo I. Su construcción comienza en 1925, pero jamás llegó a su fin, a pesar de los tres mil quinientos hombres que trabajaron día tras día durante treinta y cinco años.

El Castillo era defendido por un nutrido grupo de arqueros, y los accesos estaban salvaguardados por los conocidos hoyos de la muerte, donde caían los visitantes hostiles para seguidamente recibir agua o aceite hirviendo sobre sus cuerpos.

En la actualidad el Castillo de Beaumaris lo gestiona la «Asamblea de gobernadores de Gales», conocida como Cadw.

Otro monumento esplendoroso es el Big Ben, que representa a Londres. Este reloj forma parte de una torre de casi cien metros de altura, aunque curiosamente el famoso nombre se refiere a su formidable campana principal, que pesa catorce toneladas. Big Ben la denominó el encargado de obras en 1958, sir Benjamin Hall.

Este reloj inmenso, que fue el más grande del mundo en su época, lleva inscrito en la base de cada una de sus caras un lema en latín que reza: «Domine Salvam Fac Reginam
Nostram Victoriam Primam», que significa «Dios guarde a nuestra reina Victoria I».

Como curiosidad citar que la manecilla que marca las horas mide 2,7 metros de longitud, y que durante la Segunda Guerra Mundial el Big Ben siguió funcionando ajeno a la barbarie de su alrededor.

La Catedral de San Pablo se encuentra también en Londres, y fue construida por el arquitecto Christopher Wren entre 1676 y 1710. Esta catedral ha sido testigo de diversos
sucesos importantes, tales como la boda del príncipe Carlos y Diana, y los funerales del que fuera primer ministro del Reino Unido, Winston Churchill, y de Lord Nelson, conocido también como Almirante Nelson y famoso por su victoria en la batalla de Trafalgar, donde murió. Esta Catedral permaneció indemne durante la Segunda Guerra Mundial, y su cúpula es la mayor del mundo después de la de la Basílica de San Pedro del Vaticano. En el interior de la cúpula se encuentra la Galería de los Susurros, la Galería de Piedra y la Galería Dorada. En la cripta de la Catedral descansan célebres personajes como el científico Alexander Fleming, y el oficial inglés Thomas Edward Lawrence, más conocido como Lawrence de Arabia.

El Castillo Conwy es otro lugar a destacar. Situado al norte de Gales, el responsable de su construcción fue el rey Eduardo I. Es una fortificación medieval cuya edificación supuso el desembolso de 15.000 libras. En la actualidad está considerado como Patrimonio de la Humanidad.

Para terminar, vamos a mencionar algunos célebres lugares encantados de Reino Unido.

Empecemos por la Torre de Londres. Ubicada en la orilla del río Támesis, entre sus paredes anidan siglos de violencia y sufrimiento, ya que fue utilizada como prisión.

Cuenta la leyenda que el fantasma de Ana Bolena, que fue decapitada en esta Torre en
1536, acusada por su marido, Enrique VIII, de incesto, adulterio y traición, vaga por los pasillos y habitaciones de esta famosa Torre londinense. El Castillo Gwydir es otro lugar inquietante. Propiedad de una de las familias más acaudaladas del norte de Gales, según la leyenda varias presencias fantasmales recorren las habitaciones del castillo, entre ellas el Fantasma del Monje y la Dama Gris.

CARACTERÍSTICAS FÍSICAS

El Burmilla es un gato atractivo, de tamaño medio, entre cuatro y siete kilos, y de musculatura fuerte. Su cabeza es ovalada, y de dimensiones medianas. La cara es amplia, con un hocico desarrollado. Las orejas de tamaño mediano o grande, bastante separadas, anchas en la raíz y afilándose hacia los extremos, revestidas de un breve pelaje en su interior. Mantienen una posición atenta, algo echadas hacia delante. Los ojos, separados, expresivos, con un toque de misterio, perfilados en negro y grandes. Se admiten todos los tonos de verde, pero es preferente un verde brillante.

Las trazas de amarillo en los ojos se admiten en los cachorros, y en los gatos menores de dos años. También se aprueba el color ámbar en los gatos de pelo rojo, tortie y crema. Las patas posteriores son levemente más largas que las delanteras, y los pies son redondeados y de tamaño medio. La cola se va afinando hacia el extremo, de longitud mediana a larga.

Es un gato de pelaje suave y corto, algo más largo que el Burmés. Los colores aceptados son de base plata o blanco, con azul, lila, crema, negro, chocolate, canela y rojo, entre otros.

CONVIVIR CON EL BURMILLA

El Burmilla es un gato que combina las características de las razas de las que desciende.

En él se ajustan a la perfección la serenidad del Persa Chinchilla y la vitalidad del Burmés. Es un compañero con el que es fácil convivir, de carácter apacible, cariñoso y curioso. Este gato, afable y listo, se relaciona bien tanto con las personas como con otros congéneres, y le encanta ser el centro de atención y jugar, a pesar de que vaya cumpliendo años.

Requiere pocos cuidados. Un cepillado periódico será suficiente, al ser un gato de pelo corto, para remediar los depósitos de pelo viejo. Los baños deben ser espaciados, salvo que se ensucie de manera excesiva.

Referente a la salud, el Burmilla es una raza sana, libre de enfermedades más allá de las que pueden afectar a cualquier felino doméstico. Es sencillo que sobrepase la década, incluso que alcance los quince años si recibe cuidados adecuados y una alimentación de gama alta.

Es un gato adaptable y vivirá perfectamente en un piso, aunque también disfrutará de una terraza o balcón si los hubiese. El Burmilla es un gato mimoso y hablador, que seguro hará las delicias de quien decida compartir su vida con él.

Texto: Beatriz Moragues Pérez.

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