Cuidados de los propietarios de un gato

A pesar de que, como hemos visto, los gatos son animales bastante limpios, es una labor fundamental que los propietarios complementemos la limpieza de nuestros gatos con otras tareas diarias de higiene. Además, este aseo nos hará estar orgullosos de la elegancia y belleza de nuestro coqueto animal.

También su aseo nos ayudará a saber que se encuentran bien en términos de salud, ya que es una forma de revisar su piel y verificar la ausencia de abultamientos, irritaciones, secreciones o cualquier otro síntoma que evidencie problemas de salud. En líneas generales, de manera frecuente los profesionales recomiendan hacer un breve repaso por:

● Los ojos: deben ser brillantes y estar libres de restos de legañas. Para ello los lavaremos con gasas y suero fisiológico para lavado ocular. Es mejor utilizar gasas que algodón, ya que el algodón puede dejar hebras que pueden molestarle. Si no disponemos de suero, podemos hervir un poco de agua mineral.

● La boca: los dientes han de permanecen enteros y limpios. Es aconsejable limpiarlos con un cepillo y pasta especial una o dos veces por semana, así ayudaremos a que les duren más años y a que se mantengan sin sarro o infecciones. Los gatos con frecuentes problemas en su dentición deben comer piensos especiales existentes en el mercado.

● Las orejas: aunque en principio no suelen estar sucias, es importante revisarlas por si detectamos alguna infección. Entonces debemos acudir al veterinario.

● Las uñas: deben revisarse y cortarse a menudo. Los cortaúñas de los gatos se adquieren en tiendas especializadas y sólo un profesional debe enseñarnos a hacerles el corte.

● El manto: un pelaje limpio y sedoso es una señal de que nuestro gato tiene buena salud y está comiendo alimentos nutritivos, para mantener un manto con buen aspecto es importante cepillar a nuestro animal de forma continuada. Esta es, sin duda, una de las tareas más importantes en la higiene de nuestro animal. Vamos a detenernos por eso en ella.

El cepillado
Es muy importante que cepillemos a nuestro gato de manera continuada y muy a menudo, ya no sólo por la estética, sino también por su salud. El gato al acicalarse a sí mismo el manto, se traga sus propios pelos que luego expulsa de manera inocua en forma de bolas. Sin embargo, los pelos que no consigue eliminar se van alojando en el intestino formando verdaderos tapones que muchas veces sólo se logran extirpar con cirugía. Además, estos restos si no son sacados a tiempo, podrían traer a nuestro animal consecuencias irreversibles.

Cepillar a nuestra mascota a menudo es una forma de prevenir estas bolas de pelo. Con el cepillado evitamos también la formación de nudos que impiden el desarrollo adecuado del pelo nuevo.

Aunque lo ideal es peinar a nuestro gato a diario, en los gatos de pelo corto podemos ser menos exigentes y bastará con peinarlo tres o cuatro veces por semana.

Foto Alberto Nevado – El Mundo del Gato.

Los gatos de pelo largo, a diferencia de los de pelo corto, necesitan un cuidado mucho más profundo del manto. En estos animales, el pelo se enreda y anuda más fácilmente. Una vez que esto pasa, el pelo enredado tiene que ser removido y en muchas ocasiones no se puede desenredar, teniendo que cortar a nuestro animal su hermoso pelaje. Para evitar que esto ocurra, en este tipo de razas lo aconsejable es un cepillado diario con un cepillo fuerte y de cerdas grandes.

Por último, hay que señalar que para que nuestro gatito se acostumbre y disfrute con el cepillado, es fundamental comenzar esta tarea desde que es un cachorrito. De esta manera cuando nuestra mascota sea adulta, no encontraremos ningún problema a la hora de realizar este trabajo. Si nuestro gato está acostumbrado a ser aseado regularmente, ambos disfrutaremos en ese momento. Además, la mayoría de los gatos ronronean cuando son cepillados porque sienten como si fueran acariciados.

El baño

La mayoría de los gatos no requieren baños continuos. De hecho, los expertos recomiendan bañar a nuestro animal, por ejemplo, antes de una exposición, cuando el animal salga mucho al jardín y se manche con profundidad, en el caso de que algún tratamiento dermatológico lo requiera, o si la raza así lo exige como es el caso de los gatos persas, etcétera.

Al igual que ocurre con el cepillado y con todo el aseo en general, es muy importante acostumbrar a nuestro gato a bañarse ya desde que es pequeño, ya que todos conocemos la animadversión de los gatos al agua. Por lo tanto, comenzando con el baño desde que es cachorro evitaremos situaciones estresantes para nuestra mascota. La tarea de bañar a nuestro animal, muchos propietarios lo habremos comprobado, puede ser realmente complicada. Además, esta labor requiere tomar algunas precauciones. Vamos a verlas:

Es muy importante que la habitación no esté fría, sino siempre templada y sin corrientes de aire.

El agua debe no debe estar ni demasiado fría ni demasiado caliente. La temperatura ideal es de unos 30 grados. También es conveniente dejar correr un rato el agua a fin de que el animal se acostumbre al ruido. La intensidad del chorro debe ser moderada, y nunca dirigirlo directamente hacia la cara o las orejas.

Se debe de usar productos específicos para gatos. Hoy en día existen todo tipo de productos especiales para nuestros animales como champús (de menta, con limón, con aloe vera), también acondicionadores y aceites especiales, talcos y hasta colonias. También podemos usar un jabón neutro. Lo que no es aconsejable es utilizar los productos que diariamente usamos las personas para nuestro propio aseo personal.

Una vez el gato mojado, se debe proceder a un exhaustivo enjabonamiento, dejando que el champú actúe sobre el manto sobre unos cinco minutos. Una vez concluida esta fase, es preciso aclarar con abundante agua para que no queden restos del jabón que puedan provocar después picores o malestar.

Antes del secado es importante retirar toda la humedad posible con una toalla. A continuación utilizaremos el secador. Esta es la parte más delicada y una de las que más disgusta a los gatos. Podemos intentar conectar el aparato unos minutos antes con el objeto de que el animal se vaya acostumbrado al ruido. Posteriormente lo acercaremos muy despacio para que nuestra mascota se dé cuenta de que el artilugio es inofensivo. Finalmente lo secaremos. Lo que jamás se debe de hacer es secar a nuestro animal con una secadora automática.

Por último en relación al baño hay que destacar que en esta minuciosa tarea y para que nuestro gato no se aterrorice, es fundamental dedicar a nuestro animal constantemente palabras cariñosas y mimos. Una vez finalizado el baño, es muy importante felicitar a nuestra mascota o premiarla con alguna chuchería o bocadito especial para gatos.

Para finalizar, hay que destacar que, como hemos visto, aunque los gatos son animales muy limpios por naturaleza, completar su higiene constituye una tarea imprescindible para nosotros los propietarios. Además, si seguimos estas pequeñas pautas de aseo que hemos mencionados anteriormente, conseguiremos sacarle el mejor partido a nuestra mascota. La higiene en los animales de compañía es fundamental a la hora de la convivencia con las personas.

Texto: Lidia García-Bouza.

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