“Los gatos pueden curar el corazón”, cualquiera diría que esa frase es sin duda la frase cliché de un amante de los gatos, sin embargo en un sentido literal de las palabras es probable que lo logren, así es, no sólo es por su hermoso pelaje, su pachoncito cuerpo que se restriega en el nuestro o su hermoso ronroneo que calma la angustia, que amamos a los gatos, en realidad según algunos investigadores literalmente los gatos curan.
Y es que según algunos investigadores es el ronroneo de los gatos un sonido que los felinos usan para curarse a sí mismos y no sólo la muestra de su felicidad, recientemente algunos estudios relacionados con los diapasones Om (artefactos que se usan en las terapias de sonido) revelaron que las frecuencias de los ronroneos de los gatos pueden igualar frecuencias que son curativas por lo que tener a un gatito ronroneador puede ser una buena terapia.
Además los lindos felinos contribuyen a que los tratamientos de huesos rotos, lesiones en tendones y las enfermedades relacionadas con los huesos como la osteoporosis en mujeres adultas sean mucho más efectivas, debido a la frecuencia de sonido que emiten su ronroneo.
Todo lo anterior fue revelado por Fauna Comunicaciones gracias a un centro sin ánimo de lucro y el zoológico de Cincinnati, quienes realizaron un estudio con 47 felinos incluyendo guepardos, ocelotes, pumas, gatos domésticos, y servales, en el que se analizaron horas, horas y horas de ronroneos llegando a las conclusiones anteriores.

Infografía Alejandra Barrera A.
La magia curativa de nuestras mascotas no termina ahí, pues resulta que quienes poseen gatos tienen menos probabilidades de morir de un ataque al corazón o un derrame cerebral que las personas que no tienen gato. Los investigadores, descubrieron que las personas que no tienen gato son de 30 a 40 por ciento más propensos a morir por enfermedad cardiovascular que aquellos que tienen un gato.
Así que contrario a lo que muchos creen sobre los mitos que afirman que los gatos roban el alma de sus dueños, en realidad parece todo lo contrario pues además de ser una excelente compañía sus ronroneos parecen ser una excelente medicina.
Texto: Alejandra Barrera A.