A pesar de que los gatos son eminentemente carnívoros ya que la taurina de la carne es esencial para su supervivencia, también necesitan ingerir plantas que les facilitan la digestión y les ayudan a regurgitar los pelos que tragan durante su aseo. Por ello, es preciso saber que existen plantas que pueden ser muy perjudiciales para su salud y que debemos evitar que se acerquen a ellas.
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Generalmente, los gatos que tienen acceso al exterior cubrirán sus necesidades vegetales con hierba o algo similar pero no está de más que nos informemos sobre las plantas de nuestro jardín o patio por si pueden suponer algún problema para ellos. Por el contrario, los mininos que deben pasar su vida en un piso o apartamento no tienen más recursos que las plantas que adornan la vivienda así que más vale prevenir, no sólo por su salud sino también por el bienestar de nuestras macetas.
Partiendo de la base de que se trata de una necesidad, debemos ofrecerles una alternativa. La hierba gatera, además de que les encanta, les ayuda a purgarse.
Podemos encontrarla en tiendas especializadas tanto en macetas como en semillas. El gato se sentirá atraído por ella inmediatamente pero, para evitar que caiga en la tentación de inspeccionar el resto de plantas de la casa, lo mejor es situarla en un lugar apartado de fácil acceso para él. Aún así, si el minino insiste en atacar las macetas no autorizadas, podemos poner aceite de limón o naranja en el agua y rociarlas con este preparado; su aroma hará que no vuelva a acercarse a ellas.
No se trata sólo de que queramos mantener en perfecto estado nuestras plantas sino que estamos hablando de un asunto muy serio pues la ingesta de muchas de ellas puede llegar a provocar una grave intoxicación que, incluso, puede producir la muerte del animal. Mordisquear bulbos como narcisos, jacintos o tulipanes puede producirle una inflación bucal, gastritis o trastornos nerviosos. La Flor de Pascua y el filodendro, por ejemplo, son corrosivos para las mucosas bucal y digestiva y provocan, además, dermatitis y conjuntivitis. La adelfa puede causar gastroenteritis y problemas respiratorios, mientras que el pamporcino, además de gastritis, produce problemas cardiovasculares y nerviosos.
¿QUÉ HACER EN CASO DE INTOXICACIÓN?
Los efectos dependerán del tipo de planta que haya ingerido el gato. Puede haber salivación abundante, vómitos o diarreas. Los ojos estarán llorosos y con las pupilas contraídas. En los envenenamientos más graves, el gato sufrirá convulsiones, tendrá problemas para respirar e, incluso, puede llegar al colapso.
Si la intoxicación es leve, podemos hacer que el gato vomite dándole agua salada o agua oxigenada. Esto es sólo una medida de urgencia pues, inmediatamente, debemos llevar a nuestra mascota al veterinario. Ayudará mucho saber qué planta ha comido pero, si no estamos seguros, podemos orientar al especialista con una lista de las plantas que poseemos.
Seguramente habrá dueños que piensen que sus plantas no dañan a sus animales dado que éstos las mordisquean desde pequeños sin consecuencias para su salud. Puede ser pero no se confíe, muchas plantas provocan efectos a largo plazo (por ejemplo, problemas renales) cuyo origen no sabremos identificar. Por ello, es fundamental pedir información al veterinario y retirar del alcance de los mininos cualquier maceta que nos parezca sospechosa
LISTADO DE PLANTAS TÓXICAS
- Irritación de ojos o piel: dieffenbachia, oreja de elefante, anturio, arisaema, costilla de Adán, filodendro, xantosoma, lirio de agua, poinsettia, ficus.
- Dermatitis alérgica: alamanda, narciso, junquillo, amarilis, clivia, crino, tilo de tiesto, crisantemo, prímula, tulipán, jacinto, cinta, lengua de tigre.
- Trastornos digestivos: aráceas, liliáceas, laurel manchado, mimosa, alemanda, euforbiáceas, violeta persa, ficus, muérdago, acebo, rododendro, azalea, hierba mora.
- Trastornos renales: filodendro, ficus.
- Trastornos cardiovasculares: violeta persa, muérdago, rododendro.
Trastornos nerviosos: muérdago, campanilla, mimosa, filodendro, hierba mora.
Texto: Patricia Lozano.