El Persa blanco es una de las variedades de color más bellas que existen. De aspecto angelical, con su larga y blanca capa, su mirada de ojos cobres o azules, esta variedad del gato Persa es una de las más populares del panorama felino actual. ¿Quién puede resistirse a una dulce bolita blanca de mirada amorosa y tierna?
El Persa blanco es una de las variedades más antiguas sobre las que se tiene constancia ya que los gatos de angora blancos, azules y demás colores, hicieron su aparición en el año 1800. En la asociación felina CFA hay registro de estas variedades en el anuario 1959, página 51. Evidentemente, eran gatos antiguos cuyas características poco tienen que ver con el Persa actual: cabezas alargadas, orejas más altas y en forma de pico, mantos más cortos y cuerpos más largos. De este gato tipo angora evolucionó el Persa actual, de nariz mucho más corta, cuerpo más pesado, pelo más largo y abundante, etcétera. Antes de la II Guerra Mundial ya se estaban criando ejemplares de este color con muy buenos resultados pero, debido al conflicto bélico, la cría del gato Persa en general estuvo paralizada durante unos años. En la década de los 60 se reactivó, principalmente la del gato blanco, con nuevos programas ideados por los criadores para seleccionar esta variedad.
Muchos gatos blancos han llegado a ser Nacional Whiners (NW) en la asociación CFA. No los nombraremos a todos pero, ojeando los anuarios que publica esta asociación, podremos ver a muchos de ellos, como los ejemplares del criadero South Paw, de Judi & Greg Brocato, que consiguieron varios grandes campeones y NW. Artemis, de James Warder, también consiguió un buen número de premios al igual que Catsafrats, de D. Isenberg, por citar algunos ejemplos. Pero debemos destacar por encima de todos los demás, por ser español, al ganador absoluto de la última temporada. Por primera vez en la historia de la CFA, un gato europeo ha sido el mejor gato del año en esta asociación, concretamente «Melositos White Owl f D’Eden Lover», Persa blanco de ojos cobre criado por Sergio Melo, una maravilla de ejemplar que ha conseguido lo que ningún otro gato español ha logrado nunca.
CARÁCTER
El Persa blanco es un animal de carácter plácido, dulce y cariñoso, que prefiere pasar su tiempo libre dormitando en un cojín del sofá que teniendo grandes aventuras.
Como cualquier gato Persa, suele ser muy sociable con sus congéneres e incluso con cualquier otra especie animal, como los perros. Para un Persa blanco, dormitar tranquilamente en el regazo de su dueño es el mayor placer del que puede disfrutar.

CRÍA
Las hembras de Persa blanco suelen ser buenas madres, amorosas y dedicadas a sus cachorros. Los primeros partos pueden ser los más complicados por la inexperiencia de la madre pero, en general, su comportamiento es bueno. En las camadas podremos observar gatitos de diferentes colores ya que, como explicamos en el apartado de genética, aunque los padres sean blancos, los bebés pueden ser de diferentes colores pero siempre debemos tener en cuenta que, al ser un color dominante, uno de los dos padres debe ser blanco.
Los bebés de Persa son cachorros juguetones y vivaces que adoran jugar entre sí y con su madre. La mayor dificultad la tendremos a la hora del destete, ya que los pequeñines pondrán su cara y a veces las patas dentro del plato de comida húmeda con lo que acabarán totalmente manchados y esto, como mínimo, tres veces al día. Como tienen que aprender a comer por sí solos, hasta que no empiecen a comer pienso seco el desastre será diario. Es mejor no estresarse y dejarlos andar con la carita sucia, cuando sólo coman pienso ya nos preocuparemos de asear partes blancas que acabaron de mal color.
La sociabilización de los cachorros de gato Persa, como en cualquier especie de animal doméstico, es vital por lo que dedicaremos parte de nuestro tiempo a estar con los pequeñines, a mimarlos y a jugar con ellos. No hace falta que sean periodos muy largos, sólo que se acostumbren a las manos humanas lo que potenciará un carácter equilibrado en los pequeñines.
GENÉTICA
El color blanco es un gen dominante que tiene la particularidad de enmascarar otros colores. Echando un vistazo al pedigrí de nuestro gato blanco nos podemos hacer alguna idea del color que puede enmascarar. Algunos gatos blancos, cuando son muy pequeños, tienen una mancha de color, normalmente en la cabeza, que nos puede dar una idea de la coloración que esconden pero cuando no existe esa mancha sólo después de haber visto algunas camadas de hijos de este gato/a, sabremos con seguridad el color que esconde. También existe la posibilidad de que sea un blanco homocigoto, es decir, que no esconda color alguno y, por lo tanto, toda la descendencia será de color blanco aunque se cruce con un gato de color.
Los Persas blancos pueden presentar tres colores de ojos: cobres, azules o dispares, un ojo cobre y otro azul.
El color azul está ligado a la sordera, por lo tanto deberemos tener mucho cuidado si nos dedicamos a esta variedad y llevar a nuestro gato al veterinario para que le haga una revisión concienzuda e inspeccione bien el oído. También un ejemplar de ojos dispares puede ser sordo o incluso uno de ojos cobres por lo que deberemos asegurarnos de que el gato no tenga este defecto, sobre todo, si lo queremos como animal de cría. De hecho, algunas asociaciones piden certificados de no sordera para los ejemplares blancos.
EL PERSA BLANCO DE EXPOSICIÓN
Indudablemente, el Persa blanco es una de las variedades de color más atractivas que siempre suele estar en el pódium de las exposiciones. En España ha habido una gran tradición en este color y varios criadores muy importantes que, en su época, importaron ejemplares de Estados Unidos y triunfaron con sus Persas blancos en los concursos.
Actualmente, es un color poco común en las exhibiciones, probablemente debido al alto mantenimiento que requieren para estar en buenas condiciones para ser presentados.
ARREGLOS DEL PERSA BLANCO
Como se puede suponer a simple vista, el Persa blanco es una de las variedades más difíciles de mantener y cuidar.
Tener su pelo inmaculado es complicado pues siempre hay zonas a las que debemos prestar mucha atención o acabarán adquiriendo un tono amarillento. Las zonas más peligrosas son, en primer lugar, el contorno de los ojos debido al lagrimeo; en segundo lugar, el babero que siempre acaba ensuciándose por la comida; tras él, la parte interior de las patas delanteras por el constante lamido típico en los gatos a la hora del aseo y, por último, las zonas traseras, el ano y los testículos, en el caso de los machos.
En este apartado explicaremos cómo mantener a un ejemplar blanco en perfectas condiciones. Aunque un gato casero que no sale de exposición no necesita atenciones tan específicas, esta variedad de color no perdona unos cuidados mínimos. Si nuestras obligaciones no nos permiten destinar parte de nuestro tiempo al aseo de un Persa blanco, deberíamos optar por alguna otra variedad menos laboriosa.
Cuando vamos a una exposición, la perfección del color del manto blanco siempre llama la atención y nos llena de admiración pero es una labor diaria, muy rutinaria, a la que el dueño ha tenido que someter al gato para poder conseguir un color sin rastro de suciedad.
Actualmente, existe en el mercado una amplia gama de productos específicos para el mantenimiento y arreglos del Persa blanco que podemos comprar por Internet, en las exposiciones felinas o en tiendas especializadas.
Los ojos del Persa blanco deben limpiarse, como mínimo, una vez al día pero, en el caso de gatos que se presenten a una exposición, mañana y noche o incluso tres veces al día. Un líquido con base de ácido bórico, agua boricada o los productos preparados que encontramos en la farmacia con estas composiciones para la limpieza de los ojos de los seres humanos, nos servirán perfectamente para nuestros gatos blancos. Pondremos el líquido en un algodón de desmaquillar, asegurándonos de se mantenga compacto para que no deje pelos en el interior del ojo. Pasaremos cuidadosamente el algodón por la zona y, posteriormente, la secaremos con papel blanco; el papel higiénico de alta calidad es muy apropiado para este uso. Nos tendremos que asegurar de que quitamos la humedad y de que el ojo queda totalmente seco.
Para gatos de exposición existen pastas específicas que decoloran un poco las partes amarillas y polvos secantes para estas zonas. Estos productos también serán adecuados para el babero pero siempre usados de una manera moderada, ya que debemos evitar que con los lamidos puedan llegar a intoxicarse. Lo mejor para el babero o collar del gato es un pequeño lavado si llega a estar muy sucio por la comida. Tanto esta zona como la de las patas traseras y la del interior de las patas delanteras deben mantenerse secas y aseadas. Los polvos de talco pueden ser de gran ayuda en el secado y, en casos difíciles, podemos aplicar las pastas y polvos específicos para la zona de los ojos pero manteniéndonos constantemente al lado del animal para evitar posibles intoxicaciones al lamerse el producto.
Existe una solución de emergencia, pero deberemos tener suma precaución a la hora de utilizarla: la decoloración de la zona afectada. Se recomienda esta práctica sólo en los casos en que las manchas sean muy graves pero debemos tener muy presente que después de una decoloración el pelo resultará algo dañado por lo que siempre es mejor un buen mantenimiento diario que una decoloración. Si finalmente optamos por llevarla a cabo, podemos comprar en nuestro peluquero de confianza un producto para la decoloración del cabello humano de buena calidad. Haremos la pasta y la colocaremos en el animal, vigilándolo constantemente para que no se lama ya que es altamente tóxico. El tiempo de aplicación dependerá de la mancha a eliminar, así que, una vez aplicado, habrá que comprobar el proceso cada dos minutos.
Para ello, quitaremos una pequeña porción del producto del pelo y observaremos si ya está blanco. Una vez eliminada la mancha habrá que bañar al gato y aplicarle una crema hidratante muy nutritiva sobre la zona decolorada. El problema de las decoloraciones es que el pelo se vuelve más poroso por lo que a partir de este momento las manchas de comida o humedad serán peores que antes de la aplicación del producto. Es una solución de emergencia que se debe utilizar lo menos posible.
EL BAÑO
El baño es una de las partes más importantes en el mantenimiento de nuestro Persa blanco que, en el caso de un gato de exposición, deberá ser semanal. Aplicaremos un champú desengrasante dependiendo del tipo de pelo del animal pero lo que siempre debemos hacer es bañar a nuestro gato blanco con un producto específico para él.
Existen en el mercado varios tipos por lo que deberemos ir probando hasta dar con el que mejor resultado nos dé. Los champús para gatos blancos darán un bonito tono de blanco puro a nuestro ejemplar, pero hay que ser cuidadosos a la hora de elegir el producto ya que algunos dejan tonos fantasma de color lila sobre el pelo y un blanco lila nunca es adecuado; lo ideal es un champú que dé reflejos blanco nieve. Es importante lavar bien la cara del gato, las patas, zonas traseras, etcétera. El baño debe ser intenso y acabar con un buen enjuague y un laborioso secado que dejen a nuestro Persa blanco como una bola de pelo vaporoso, suelto y suave.