Afectuoso y tierno, es difícil no rendirse ante la dulce mirada de sus grandes ojos redondos. Sus características orejas plegadas acentúan aún más su redondez y su aspecto de muñeco de peluche, que se completa con un manto denso y suave. Todo en él invita a abrazarle, a mantenerle siempre en nuestro regazo y bajo nuestra protección pero no debemos olvidar que sus antepasados provienen de granjas escocesas y que le encanta practicar sus dotes de cazador.
La historia del Scottish Fold comienza en el año 1961 gracias a un pastor observador y a una gatita juguetona. «Susie», una hembra blanca de ojos azules con unas peculiares orejas plegadas hacia delante, disfrutaba haciendo travesuras en las inmediaciones de una granja de la región escocesa de Tayside cuando llamó la atención de William Ross que se sintió cautivado por esta gata y sus curiosas orejas. Su esposa Mary, gran aficionada a estos animales, no dudó en contactar con los dueños de «Susie» para solicitarles un descendiente que tuviese las mismas características.
Tiempo después, los Ross recibían a una gatita blanca que había heredado las mismas orejas que su madre.
Bautizada como «Snooks» fue inscrita en el Governing Council of the Cat Fancy (GCCF). Partiendo de ella y bajo el afijo Denisla, los Ross inician sus programas de selección con cruces con otras razas, principalmente British
Shorthair y gatos comunes. El nombre Folded Ear (oreja plegada) da origen a la designación de la raza, Scottish Fold, que evoca la singularidad de las orejas y su procedencia geográfica.
Para pulsar el interés que podía despertar esta nueva raza, presentaron a «Snooks» y sus descendientes en distintas exposiciones. Así fue cómo Pat Turner conoció a estos peculiares gatos y se hizo con un ejemplar de los Ross, un macho blanco llamado «Snowdrift», al que se llevó a Londres para cruzarlo con British Shorthair. Comenzó a estudiar su descendencia pues algunos gatitos nacían con las orejas plegadas y otros con las orejas normales. Con la ayuda de expertos genetistas como Peter Dyte estableció las bases de la genética del Scottish Fold. En primer lugar, descubrieron que el gen Fold (el que transmite el plegamiento de las orejas) es mutante dominante incompleto lo que quiere decir que basta con que uno de los padres posea este gen para que se transmita. Asimismo, vieron que los cachorros de dos padres que poseían este gen presentaban anomalías en las piernas y en la cola que afectaban gravemente a los ejemplares. Por este motivo, fijaron unas reglas muy estrictas en la crianza del Scottish Fold para reducir al máximo estos problemas.
Sin embargo, estudios posteriores han concluido que estas malformaciones no se deben al gen Fold sino a otros y que una cría selectiva podría hacerlos desaparecer.
Aún así y para más seguridad, los criadores optan por cruzar gatos de orejas plegadas con gatos de orejas altas.
DURAS CRÍTICAS
La crianza continuó pero los problemas genéticos fueron aprovechados por los criadores de British Shorthair que no aceptaban que su raza fuera utilizada para fijar al Scottish Fold. Críticas muy duras en las que se aseguraba que quienes criaban esta raza sólo producían gatos deformes y que lo hacían con el único fin de enriquecerse, lograron que en 1971 el GCCF prohibiese el registro de estos gatos. Los motivos oficiales eran que los Scottish Fold tenían predisposición a contraer enfermedades de los oídos (parásitos, otitis…) o a padecer sordera. Sin embargo, no parece que lo primero esté justificado y, en cuanto a lo segundo, muchos de los primeros Scottish Fold eran blancos y ya se sabe que este color está ligado a la sordera en gatos de cualquier raza.

A pesar de que los detractores del Scottish Fold consiguieron que el GCCF no volviera a aceptar a estos gatos, los criadores continuaron con su trabajo para fijar el carácter Fold. Otras organizaciones más recientes como la Cat Association of Britain sí reconocen esta raza.
El Scottish Fold permaneció en su país hasta que algunos ejemplares de Pat Turner viajaron a Estados Unidos.
Tuvieron un gran éxito gracias al trabajo de la criadora Salle Wolf Peters que, gracias a su buen hacer, consiguió que en 1976 la CFA aceptara esta raza para su registro para que en mayo de 1978 se le concediera la categoría de campeón. TICA y el resto de asociaciones felinas americanas importantes también reconocen al Scottish Fold, que tiene una gran popularidad en este país.
La vuelta de la raza a Europa se produce en la década de 1980 aunque lo cierto es que aún se hallan pocos ejemplares quizá debido a que ni el GCCF ni la FIFe han reconocido todavía a la raza.
CARACTERÍSTICAS
El Scottish Fold se aparea con el British Shorthair, con el American Shorthair y, en origen, con gatos comunes.
Sin embargo, no tiene por qué parecerse ni al británico ni al americano. Se trata de un gato de cuerpo mediano y redondo cuyo manto posee un pelaje espeso, corto (aunque también nacen ejemplares de pelo largo) y suave. La cola es de longitud media y los miembros, sólidos.
Vista de frente, la cabeza es redonda y une a un cuello corto y grueso. Llaman la atención unos ojos grandes y redondos de expresión muy dulce. La nariz es corta, con un perfil que se curva suavemente y un ligero stop. Los pómulos tienen que ser prominentes con la base de los bigotes redondeada y la mandíbula fuerte y desarrollada.

Pero, sin duda, su rasgo más sobresaliente son sus orejas que deben estar bien separadas, con los pabellones redondeados en la curva que se pliegan hacia delante lo que contribuye a acentuar la redondez de la cabeza.
Con respecto a esta característica, tenemos dos tipos de Scottish Fold, los de orejas plegadas y los de orejas rectas que, aunque no se admiten en exposiciones, son imprescindibles para criar dado que no se deben cruzar dos gatos de orejas plegadas debido al riesgo de malformaciones.
Todos los Scottish Fold nacen con las orejas rectas y es a las tres o cuatro semanas cuando se pliegan o no. Sin embargo, también existen gatitos que, a pesar de plegar sus orejas en el tiempo indicado, después terminan por enderezarlas.
Por otro lado y debido a los cruces realizados con Exóticos hace algunos años para acentuar su redondez, surgió una variedad de pelo largo que no sorprendió a los criadores puesto que tanto «Susie» como «Snooks» ya eran portadores del gen de pelo largo.
En cuanto a las tonalidades del pelaje, se aceptan todos los colores y patrones excepto el chocolate, el lila y el modelo Himalayo o una combinación de estos colores con blanco.

Se adaptan a cualquier situación doméstica y a otros animales, si bien les encanta exhibir sus habilidades como cazador
CARÁCTER Y CRÍA
La expresión dulce del Scottish Fold no es engañosa pues es un gato encantador. Tranquilo y afable, se deja manejar sin oponer resistencia. No son gatos molestos pues, a pesar de que a veces son vivarachos nunca serán bulliciosos ni exigentes. Tampoco son ruidosos, ni siquiera las hembras cuando están en celo.
Su voz suave y melodiosa es otra de sus armas de conquista y se adaptan a cualquier situación doméstica y a otros animales si bien les encanta exhibir sus habilidades como cazador.
En la crianza de esta raza hay que seguir unas reglas muy estrictas para evitar las temidas malformaciones.
En este sentido, no hay que cruzar dos gatos de orejas plegadas sino un Scottish Fold con un ejemplar de orejas rectas. Las camadas típicas están formadas por tres o cuatro crías que no plegarán sus orejas hasta las tres o cuatro semanas aunque el grado definitivo de plegado se observará a partir de las cinco o seis semanas.
Pero, dadas las particularidades del gen Fold, puede haber decepciones ya que algunos cachorritos nunca plegarán sus orejas.
Por todo ello, a la hora de adquirir un Scottish Fold, hay que tomar ciertas precauciones. Como siempre, debemos acudir a un criador de confianza y comprobar tanto la movilidad de la cola como los pies y las patas.
Moveremos la cola lateralmente de forma suave y de abajo a arriba comprobando que esto no suponga dolor para el gato. En cuanto a las extremidades, no debe existir ningún signo de ausencia de movilidad mientras que los dedos no tienen que estar muy separados.

SALUD Y CUIDADOS
Debido a que sus antepasados eran gatos de granja, el Scottish Fold es un gato fuerte, con una salud de hierro y muy resistente a las enfermedades que no requiere cuidados especiales. En los ejemplares de pelo corto, será suficiente un cepillado semanal pero, en los de pelo largo, como en cualquier otra raza, habrá que cepillar el manto diariamente para mantenerlo libre de nudos.
En los Scottish Fold de orejas plegadas habrá que prestar una cierta atención a las orejas pues el pliegue favorece que se acumule cerumen. Sin embargo, no será necesaria más que una limpieza semanal para mantenerlas en perfecto estado de revista.
Texto: Patricia Lozano.