¿Siete o nueve vidas tiene un gato?

Ya sabemos que siete vidas tiene un gato (y la mujer tres o cuatro, o eso dicen) pero algunos pueden llegar a las nueve. Es el caso de los mininos anglosajones a los que la frase «cats have nine lives» les concede dos oportunidades más que a los españoles. Pero, ¿de dónde viene esta costumbre de otorgar una existencia tan larga a estos animales?

Las teorías apuntan al antiguo Egipto. Para esta civilización los gatos eran animales sagrados. De hecho, la diosa Bastet, hija de Ra, que favorecía los nacimientos felices, protegía a la familia, otorgaba placer, belleza y amor, tenía la apariencia de una gata aunque no es la única pues hubo más deidades representadas por estos felinos; el maltrato o el asesinato de un minino se castigaban con contundencia y, a su muerte, todos los miembros de la familia se afeitaban las cejas en señal de duelo. Se han encontrado restos de gatos embalsamados que eran depositados en tumbas especiales para ellos o junto a sus dueños y aparecen representados en muchas pinturas de la época.

Todo ello nos habla del papel fundamental que tenían los gatos en esta sociedad pues eran vitales para mantener alejados a los roedores de las cosechas y de sus propias casas. Además, se trataba de animales fuertes capaces de superar situaciones extremas y de salir airosos de peligrosas caídas. Por eso, los egipcios pronto les concedieron ese carácter sagrado y se instauró la creencia de que, tras reencarnarse un número determinado de veces (siete en nuestro caso y nueve en el de los anglosajones), terminaban convirtiéndose en seres humanos.

Actualmente no es que creamos que los gatos, tras siete vidas, se conviertan en nuestros iguales pero sí seguimos aplicando esta frase en referencia a la resistencia de estos animales. Su fama se la han ganado, principalmente, por su habilidad para caer siempre sobre sus patas lo que consiguen gracias a un excepcional sentido del equilibrio. El minino es más rápido que la gravedad porque sabe la posición en la que se encuentra gracias a que su cerebro recibe información inmediata desde el oído interno. Esto se traduce en una corrección casi instantánea de la postura: primero de la cabeza y después del resto del cuerpo. Aún así, nos son infalibles y ya sea por su juventud, por un mal aprendizaje o por falta de equilibrio, pueden sufrir malas caídas de consecuencias más o menos graves.

Foto El Mundo del Gato.

¿SIETE O NUEVE?
La numerología tiene su origen en la observación del cielo por parte de los antiguos astrónomos y establece una relación entre los números, los seres vivos y las fuerzas físicas. Por lo que se refiere al siete, estamos ante un número muy recurrente ya que, para casi todas las culturas, fue siempre un número mágico al que se considera perfecto porque simboliza la relación de lo divino y lo humano. Siete son los días de la semana, siete días tardó Dios en crear el mundo (seis más uno de descanso), siete son los mares del planeta, siete los colores del arco iris y siete las notas musicales.

En la religión islámica existen siete estadios, los pecados capitales cristianos son siete, al igual que las virtudes cardinales, los sacramentos y los dones del Espíritu Santo. Dentro del esoterismo, el gato forma parte de los siete cuadrúpedos mágicos (león, gato, lobo, macho cabrío, mono, ciervo y topo) que corresponden al mundo natural.

El número nueve, por su parte, es considerado como la cifra del saber supremo que induce a la totalidad (el diez). Además, en la antigüedad era un número de la buena suerte porque era una trinidad de trinidades, la triplicidad de lo triple que simboliza a los tres mundos.

Es curioso cómo en la traducción de las obras de diversos autores hay cierta confusión. Sin ir más lejos, el zoólogo Desmond Morris alude a esta cuestión en su libro Observe a su gato (Catwatching, en su versión original). En las páginas finales explica que la idea de que los gatos tengan más de una vida proviene de su fortaleza y resistencia pero, mientras en la edición inglesa habla de nueve vidas, en la traducción española encontramos que son siete y, tanto en una versión como en otra, a ambos números se les considera trinidad de trinidades cuando sólo lo es el nueve. Estas dos cifras representan la buena suerte por lo que son aptas para aplicárselas a un animal tan afortunado que puede sobrevivir a situaciones en las que otros encontrarían una muerte segura.

En realidad, poco importa cuántas vidas les otorguemos a estos felinos puesto que sólo se trata de una manera de alabar sus cualidades, su fortaleza, su resistencia y la ayuda que han prestado a los seres humanos desde tiempos inmemoriales. Sin embargo, debemos tener presente que no estamos ante animales con poderes sobrenaturales ya que, sobre todo en un ambiente urbano, los gatos están rodeados de peligros y necesitan, como el resto de mascotas, una serie de cuidados que les garanticen su supervivencia y una vida digna.

Texto: Patricia Lozano.

El zoólogo Desmond Morris alude a esta cuestión en su libro Observe a su gato (Catwatching, en su versión original). En las páginas finales explica que la idea de que los gatos tengan más de una vida proviene de su fortaleza y resistencia

¡Comparte en tus redes sociales!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *