Cada vez son más los propietarios de gatos que se deciden, con el imprescindible asesoramiento del veterinario, por la esterilización de su mascota. Lo cierto es que el comparativo de riesgos y beneficios a analizar en la toma de esta decisión es favorable a la misma en una gran mayoría de los casos, por no decir en casi todos. ¡Pero con la cirugía no deben terminar nuestros cuidados, la alimentación ulterior es muy importante!
Entre los beneficios hay que considerar que el gato esterilizado pierde o atenúa decisivamente su propensión a las salidas de casa para los rituales de cortejo sexual, una fuente habitual de incidentes de origen ambiental –peleas, caídas desde alturas, encuentros con depredadores, contagios de parásitos o patologías infecciosas por parte tanto de machos como de hembras incontrolados…-. Además, en el caso de la hembra, le pone a salvo de las afecciones del conjunto del aparato reproductor, es decir, mamarias, de útero y de ovarios, que acarrean frecuentemente derivaciones tumorales o neoplásicas. En consecuencia, señalemos que existen estudios que predicen que la tasa de mortalidad prematura del gato doméstico esterilizado llega a ser de hasta la mitad de la del ejemplar “entero”.
¿Cuáles son, entonces, los aspectos negativos? Los facultativos experimentados señalan especialmente dos: aumento en la frecuencia de aparición de cálculos renales y tendencia a la obesidad. Estas consecuencias están relacionadas, por una parte, con la disminución de la frecuencia de la micción, que favorece la presencia de sedimentos urinarios, y, por otra parte, con la ralentización de su metabolismo sexual, que hará que el gato tienda al sedentarismo y tenga menos necesidades energéticas y fisiológicas, pero al mismo tiempo sentirá mayor apetito y visitará más a menudo su comedero.
Como vemos estas consecuencias presentan vínculos con su alimentación. Haremos mal, por lo tanto, si habiendo esterilizado a nuestro gato no adaptamos su ingesta alimentaria a su nueva situación. Y para minimizar el riesgo conviene hacerlo cuanto antes, porque si esperamos a que el sedimento urinario se convierta en cálculos renales o a que el incremento de peso devenga en obesidad, el tratamiento será menos sencillo.
Existen en el mercado alimentos para gatos esterilizados como Cats Health Gourmet de NFNatcane.es cuya formulación se tiene en cuenta esta realidad. Por un lado favorecerán la fluidez de la orina a través del estímulo a la ingesta de agua, que todo gato, especialmente si está castrado, debe tener a su disposición con fácil acceso. Por otro lado, los componentes de estos alimentos permiten combatir un posible exceso de alcalinidad, principal vector de la aparición de cálculos renales.

En cuanto al control del peso, estos alimentos específicamente formulados para animales esterilizados tienen un gran poder saciante, son muy ricos en fibra y proteína, al tiempo que moderados en grasas y carbohidratos, asegurando así la posibilidad de conseguir para nuestro amigo su peso ideal y garantizarle la salud en su nueva situación. Adicionalmente, hemos de moderar las comidas “entre horas” que en el mundo gatuno equivale a los restos de comida humana que suelen pedirnos. Lo mejor sería proporcionarle alguna golosina ligera en combinación con un buen surtido de juguetes, ya que además de satisfacerle y propiciar nuestra interacción con ellos, estimularán su ejercicio físico.
El gato esterilizado puede perder su interés por la reproducción sexual, pero mantiene intactas su curiosidad y sus ganas de juego, es decir, su felinidad, especialmente en un entorno de seguridad como el que nosotros le proporcionamos. Ambas, curiosidad y ganas de juego, serán nuestros mejores aliados para que la larga y divertida vida a disfrutar con nuestro gato después de la esterilización sea por completo sana y feliz.